lunes, 18 de octubre de 2010

Padres y cine, un imposible.

Lo siento, lo siento mucho pero no puedo escribir nada de cine porque no estoy yendo al cine!! Podría ver algo en casa, la verdad, con eso de la pantalla gigante las películas se ven muy bien (aunque no se escuchen igual, no tengo home cinema de ese). Pero me ha dado por la series, me permiten enamorarme de los personajes y sus peripecias, seguirles en el deambular de la vida, casi se convierten en alguien de la familia.

Cada noche nos sentamos a cenar con ellos, ansiosos de saber qué les va a pasar hoy, con qué se van a encontrar, cómo van a hacerte reír. Acabas teniéndoles más cariño que a tus vecinos...y a veces a tus padres!!

Quizá porque nuestra casa está llena de niños (dos que parecen trescientos) no podemos elegir una película cualquiera, podríamos volver a encontrarnos con lo que nos pasó con la película "Lila Dice.." (muy recomendable, por cierto) que empezamos a ver con los nanos para tener que quitarla al poco porque todo lo que lila decía eran procacidades sexuales de alto nivel que nos avergonzaban mucho... a nosotros, los niños estaban tan panchos! Como no queremos acabar viendo todas las noches pelis de dibujos (las que realmente valen la pena, las de Pixar, nos las sabemos de memoria), nos hemos decantado por las series para toda la familia y con eso vamos alimentando nuestra sed cinéfila.

O sea que, padres del mundo, tenéis dos opciones: la del Duérmete niño del Estivill (que hay tener un corazón duro para ponerla en práctica, la verdad) o las series para to quisqui...y ya vendrán tiempos mejores (cuando se hayan ido a la Universidad!). Y demos gracias al Señor (o a quien os de la gana) de que estemos en la época dorada de las series y no tengamos que conformarnos con Verano Azul.

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