lunes, 26 de septiembre de 2011

Zoo moco...o zoo loco

Pues teníamos una tarde tonta, o sea, tonta tonta, de esas en las que hace un calor para morirte y no se te ocurre ningún plan porque ya lo has hecho todo (el final del verano es lo que tiene) y no quieres quedarte en casa porque todo el mundo acabará crispado, peleado, pasado y todo lo demás malo que acaba en ado. Así que miramos la cartelera y elegimos (es un decir, en una cartelera de verano y con niña pequeña haces lo que puedes, es como cuando te preguntan que qué prefieres si paliza o muerte) una película de la que no sabíamos nada, Zoo loco.

Como no queremos pasar por ignorantes (las miserias mejor en casa con los tuyos) leímos varias críticas y no la ponían mal (que después del resultado está claro que vimos una crítica de alguien muy raro porque si no no lo entiendo, que es lo que tiene internet, que deberían avisar, ¿no?, poner algo así como "ojo, que soy mu raro, allá tu si me haces caso").

He de reconocer que no las tenía todas conmigo, por eso me lleve la tabla de planchar y unas cuantas camisetas, la poancha de vapor y un alargador muy largo, me daba a mí que iba a ser una de esas películas en las que no importa que te pierdas un trocito...o dos...o tres. Y tuve razón.

Por más vueltas que le dí en su momento (ahora lo he dejado, lo de las vueltas, tengo muchas preocupaciones en este momento más urgentes, la verdad, por ejemplo ¿qué hago hoy para comer?, que estoy podridita de pensar y pensar y que luego no le gusta nada a nadie...ni a mí, porque cocino de pena...pero me estoy desviando). O sea que le dí vueltas porque no consigo entender a los que han perpetrado semejante bodrio. A ver: ¿es una peli para niños? ¿para adultos? ¿Para adultos con discapacidad afectiva? ¿Para amantes de los animales? ¿Para los que les gustan las cursiladas? ¿O no pensaron en nada más que aprovechar subvenciones? Que alguien me conteste por favor: ¿para quien leches se hizo esta película?

Es una historia absurda de planteamiento infantil (vigilante de zoo más bueno que el pan que nunca consigue chica y al que los animales, que hablan, deciden ayudar), con personajes que no puede entender un niño (la primera novia, esa arpía de libro que se ve venir a ocho kilómetros pero que no debe ser obvia para una niña de seis años), situaciones absurdas y vergonzosas (ahora no las recuerdo, gracias a Dios, mi memoria me preserva de algunas debacles), alegatos a favor de los animales (del tipo que salen el los libros de texto de primero de primaria), y gags animálicos manidos, trillados, sacados de otras mil pelis anteriores... incluido el animalito con acento andaluz.

Allí estábamos los cuatro y mis camisetas planchadas, aburridos, bostezantes, atiborrados de palomitas, y con bastantes menos euros en el bolsillo que al comienzo de la tarde. Y para colmo, como somos unos benditos, caundo terminó no nos atrevimos a colarnos en la sala de al lado para resarcirnos de algo tan, pero tan, tan malo.

¿Qué lección podemos sacar de esta vivencia cinéfila? Varias:

a) no te creas las críticas de nadie, pero de nadie, nadie, lo que te lleva a un callejón sin salida porque si no lees críticas acabarás en el cine como nosotros, viendo bodrios carísimos.

b) A veces es mejor hacer bricolaje casero familiar, o volar la cometa aunque no haga viento, o acabar peleados al final del día, pero sin haber enriquecido a unos...unos....unos desgraciaos, no se me ocurre otra palabra.

c) Llévate siempre trabajo al cine, así no perderás del todo la tarde si la cosa no resulta.

O no, no estoy segura.

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