Supongo que eso no está bien. Lo supongo gracias a mis amigos. Mis amigos me dicen que criticar sin ver es tener prejuicios. Y creo que me ha pasado muchas veces. Casi siempre para mal. De la película. Quiero decir que casi siempre era para criticar mal a la película, no que estuviera mal que no la viera aunque a lo mejor sí estaba mal, pero nunca lo supe porque no la vi. La película. No sé qué película. Una película cualquiera. La que yo había decidido que era mala, morbosa o aburrida. Sin verla, o sea... (La Enfermera Roberto que lee por encima de mi hombro lo que escribo me dice que no se entiende nada, pero yo creo que está claro ¿verdad? Me refiero a la película que no es una en concreto aunque cuando sucede sí es una en concreto pero es un ejemplo. Bueno, no importa. Sigo). Hoy quiero volver a hacerlo, pero al revés. No, querida Enfermera Roberto, no hablo de sexo. Quiero decir que hoy quiero criticar para bien una película que no he visto. Lo siento por mis amigos, que me dicen que no quieren que sea prejuiciosa. Espero que no se molesten mucho. Voy a tener prejuicios. A propósito. Allá voy:
Creo que 18 comidas, dirigida por Jorge Coira, es una buena película. ¿Por qué es una buena película? Voy a desarrollarlo. Porque seré prejuiciosa, pero con argumentos. Yo creo que es una película apetecible porque habla de comida, y la mayor parte de las películas que tienen una palabra en su título relacionada con el acto de comer son buenas. Está científicamente comprobado. ¿Lo dudas, mi querido y desconocido internauta? Tengo pruebas. ¿Era o no era buena El festín de Babette? ¿Y Comer, beber, amar o El banquete de bodas? ¿A que eran buen cine? Entonces ¿por qué no va a ser buena 18 comidas? Por si este argumento no fuera suficiente, tengo más. Está Luis Tosar. Y él siempre es un buen argumento. Y está la página web, que es muy bonita, otro argumento. Y que de las películas que hablan de comida siempre se sale con ganas de comer, otro argumento. ¿Ves como hay argumentos de sobra para ver 18 comidas? Yo voy a ir a verla.
Además, estoy convencida de que esta película te ayuda a autoayudarte. Pero para eso no tengo argumentos. Todavía.
La Rubia Tonta